Los sistemas de riego ofrecen un sin número de ventajas que posibilitan racionalizar el agua disponible. Cualquier sistema de riego se somete a un estudio previo para determinar si es el más idóneo para su necesidad, tomando en consideración desde el tipo de vegetación, la medición del terreno con el equipo apropiado a fin de obtener el plano acotado con las curvas de nivel, el estudio de la calidad del agua de suministro, las condiciones climáticas del lugar, así como del tipo de suelo donde se va a realizar la instalación. Los instrumentos de control de riego: programadores, higrómetros, detectores de lluvia, etc, deben distribuirse en función de la orografía, las capacidades hídricas del suelo, las plantaciones, etc.
Existen muchos y variados sistemas de riego, los cuales se encuentran en permanente revisión, ya que se trata de una tecnología reciente que se ha ido desarrollando al mismo tiempo que ha avanzado la sociedad del bienestar.
